martes, 30 de abril de 2013

Las guitarras vienen a mi (Ruben Olivera 1990)





Entre las numerosas personas que siguen tu música hay quienes prefieren a Fernando Cabrera
tocando con grupo y los que lo prefirieron solo con su guitarra, cómo ves esto?


Hace muchos años que hago las dos cosas. Es un problema de cansancio. Cuando me satura una de las
dos posibilidades siempre tengo en la manga la otra para equilibrar. Incluso cuando estaba en Montresvideo tenia la necesidad, que de vez en cuando realizaba, de tocar solo-aparte, soy una persona muy solitaria- y mostrar otras canciones. Es que , de algún modo, también me siente un guitarrista. Cuando integré  Baldío, que era un grupo mas complejo en cuanto a sonido, al poco tiempo estaba haciendo un espectáculo a dos guitarras con Bernandro Aguerre. Y así fue siempre.
A veces la necesidad es de otro tipo. Por períodos no existe la posibilidad económica de tocar con mas músicos.
Tengo una relación con la guitarra francamente muy amorosa, gratificante. Es un instrumento que tengo en mis manos desde los seis años, así que ya lleva 27 años conmigo; es difícil no sentirse enamorado de la guitarra.

Ya sea solo o con grupo, has ido encontrando una forma de tocar la guitarra bastante personal

Sí. Un poco por necesidad o por limitaciones he tenido que optar por una forma de tocar la guitarra eléctrica. A lo largo de años de pruebas y de trabajo he tratado de aunar en una guitarra eléctrica lo mas blanda posible las dos formas de toque; el de la eléctrica y el la acústica. Es difícil de explicar con palabras porque es una cosa de uñas, de yemas y de golpes. En mis presentaciones solistas ya no uso una guitarra española acústica, sino una eléctrica. Trato de lograr una unidad timbrica, un complejo sonoro con distintas formas de toque que pueda acompañar a un solista.

Hay muchos músicos creando pero hay pocos que son generadores de estilo, utilizados como modelos por las nuevas generaciones. Tus rasgos en cuanto a formas de cantar, de tocar, de musicalizar, de escribir, aparecen en las composiciones de músicos jóvenes y no tan jóvenes. como lo recibís?


Para mi es una gran sorpresa. A veces me cuentan: "ayer fui a una reunión y cantaron canciones tuyas" o " había un muchacho jovencito que te imitaba". Lo que da mucha alegría es que mis canciones se difundan y la gente las haga propias. No entiendo que alguien me imite.

Y vos cuando eras jovencito, no imitabas a nadie?

Seguramente que si (risas) En realidad así uno va armando las distintas piezas del rompecabezas: sacando de aquí y de allá. La alegría viene porque uno se reafirma en el eco, que lo que uno hace, tiene en otras personas. Pienso también que recién estoy empezando y que no he redondeado para nada un estilo o una personalidad, aunque se va empezando a bosquejar.
Tengo la tendencia a creer que estos 11 o 12 años en que estoy en la vuelta son mas bien una especie de prólogo a lo que va a ser en definitiva mi música. Que recién estoy conociendo herramientas, sacandole doble filo a algunos lápices, pero quiero suponer que mi personalidad musical no está redondeada y va a seguir modificándose muchas veces mas. Mi vanidad por supuesto se regocija cuando me entero que se cantan mis canciones o que algún chiquilin no muy formado me imita.

A pesar de esa influencia que tenes parecería haber un techo de difusión, un techo a la masividad que pueden lograr muchos músicos muy creativos en este país.

Creo que hay problemas de tiempo. He comprendido, no sin cierta tristeza, que lo que yo produzco no es rápidamente masificable. En un principio pensaba que quizás solo era un problema de difusión, pero ahora creo que hay cosas que llevan su tiempo. Mi experiencia, que es relativamente corta, me ha señalado que del 80 al 90, mi publico se ha acrecentado en una forma bastante marcada. Si esto sigue así quizás mi música algún día alcance su cometido de ser mas o menos conocida por todos los uruguayos. Quizás me lleve toda la vida. Tengo la impresiona, o quizás sea un deseo, de que las canciones que fabrico, esos objetos o mecanismos de aproximadamente tres minutos, destinados mas que nada al consumo del alma de la gente, están bastante bien dispuestas como para ser disfrutables por mas personas de las que en la actualidad las conocen. Creo que mis canciones no son ningún cuco para nadie.
Tampoco me disgusta la velocidad con que van las cosas hasta ahora, paulatinamente pero siempre para adelante. Esto también me da la libertad de seguir haciendo hasta ahora estrictamente lo que quiero.