Antes y después de la lectura de poemas, Cabrera repasó, con su habitual maestría, los clásicos que son pilares de su repertorio. Allí pasan "La balada de Astor Piazzolla", "Dulzura distante", "Te abracé en la noche" (dedicada a los hermanos Lito y Liliana Vitale), "Críticas", "Al mismo tiempo", "Viveza" (esta vez, con una cajita de pastillas Tic Tac como acompañamiento, en lugar de la habitual cajita de fósforos), "Lisa se casó", "Yo quería ser como vos", "Diseño de interiores" y, por supuesto, "El tiempo está después".
Y mostró, también, algunas canciones superlativas aún sin grabar: "Buena madera", una preciosa canción dedicada a uno de sus hermanos, de profesión carpintero; la desgarradora "Viva la Patria"; y "Nunca te dije te amo" (o el amor según Cabrera).
Son piezas que confirman, auspiciosamente, que es un repertorio en constante crecimiento. Entre los bises, un medley con el "Tema de Pototo" y "Muchacha ojos de papel", de Luis Alberto Spinetta, deliciosamente revisitados.
Con Liliana Herrero y los templadistas Daniel Drexler y Vitor Ramil siguiendo el show con devoción en la platea, Cabrera -que participó el jueves pasado del histórico concierto sinfónico Hay otra canción- se (re) confirma como un faro imprescindibles para los cancionistas de la región.
Por Humphrey Inzillo