domingo, 25 de mayo de 2008

Fernando Cabrera: En Uruguay levantás las baldosas y salen músicos


Claudio Angelotti- Buenos Aires, Argentina

Para quienes no habitamos Montevideo pero "cruzamos el charco" con actitud casi devocional tantas veces como podemos, esa ciudad tiene música. Es murga y es candombe, es canción urbana, es canto popular, es tango, es folclore... Pero Montevideo esconde espíritus que llevan y traen música. Será porque, como luego dirá Cabrera: "...en Montevideo hay un músico debajo de cada baldosa...".

En lo que a canción urbana respecta Montevideo ha dado ejemplares musicalmente únicos e irrepetibles -inexplicables, agregaría yo- como Eduardo Mateo, Eduardo Darnauchans (el otro Eduardo) y Gustavo Pena ("El Príncipe"). Seres que pasaron, mas o menos vertiginosamente, y dejaron una obra que, lamentablemente, jamás llegará a trascender los límites del "paisito" y hasta dificilmente se expandirá por él.

Casi contemporáneo de ellos -con Mateo compartió un concierto memorable el 11 de abril de 1987, con Darnauchans otro el 18 de septiembre de 1990- Fernando Cabrera es hoy la materialización de esos espíritus que sobrevuelan Montevideo y que hay que estar atentos para encontrarlos.

Cabrera tiene 50 años, una trayectoria de más de treinta, una producción de unos veinte discos propios -"...más de los que hubiera debido..."- y otros tantos en calidad de productor, de arreglador, de invitado o de...

Hoy -"...desde hace 4 o 5 años...", él precisa- es el referente de toda la nueva generación de jóvenes creadores de la música popular uruguaya. Y también de los ya no tan jóvenes, como Jorge Drexler.

Cabrera es nítidamente el genuino heredero de esos espíritus que sobrevuelan Montevideo sólo porque, como ellos, artísticamente es único.

Terra Magazine: Hablemos primero de Paso Molino, no de la canción sino de "tu" Paso Molino, tu barrio natal, tus comienzos...
Fernando Cabrera: Mi historia con Paso Molino te la contesto figurativamente, desde yo que sé... 1890, más o menos. Porque tengo mis bisabuelos inmigrantes, cayeron por allí y por 1900 nacieron mis abuelos en esa zona, luego mi madre -por el treinta y pico-, y siempre estuvieron allí. Paso Molino era y fue siempre un pequeño pueblo originalmente, un poco más alejado de Montevideo. Luego fue incorporado a la ciudad. Estación ferroviaria, un centro comercial y volcado, pegado -si tu conoces- a El Prado, ese parque tremendo que hay en el centro geográfico de Montevideo, una cosa inmensa de muchas hectáreas parquizadas. O sea que mi vida, infancia, adolescencia fue siempre El Prado y mi Paso Molino. Ahora ya no, no vivo por ahí, pero bueno... Ahora estoy en el centro, en la Ciudad Vieja, desde hace unos años. Me gusta mucho también vivir allí. Es todo lo contrario, es bien diferente, pero me gusta mucho. Es muy práctico, muy cómodo, y me gusta también estar en contacto con lo que fueron los orígenes de la ciudad.

Terra Magazine: Musicalmente arrancaste con un par de bandas: Montresvideo, Baldío...
Fernando Cabrera: Exactamente, arranqué sí, fue hace muchos años. A los 19, 20 años, ambas fueron como un campo de experimentación y de puesta en práctica de las ideas que yo tenía de canción, de composición. Muy lindas experiencias, muy germinales. Aunque también es lindo ser solista, lo soy hace 25 años. Pero extraño mucho -siempre extrañé- la comodidad y la dinámica de integrar un grupo: hay otra distribución de responsabilidades y de realidades y para mi lo mas importante es que hay una sumatoria de empuje, de ganas, de capacidades. Siempre en una banda que está bien formada, si hay más de uno que tiene inquietudes, ahí la cosa se multiplica.

Terra Magazine: Algunas de tus mejores canciones, que incluso todavía seguís interpretando, son de esa época. Muchas veces a esas primeras canciones el tiempo las va deteriorando o el mismo artista las va dejando porque se cansa de tocarlas.
Fernando Cabrera: Hay algunas canciones de mis primeros discos que he tenido la suerte de que resultaron bastante impermeables al tiempo. Se mantienen hasta el día de hoy, 30 años después. Tienen algo que quizás hoy ya no soy capaz de hacer. No sé qué será... esa frescura, esa cosa juvenil en la que hay menos cálculo y más tirarse al agua.

Terra Magazine: Hablando de años, el 11 de abril se cumplieron 20 de aquel histórico concierto que hiciste con Eduardo Mateo. Leí algún comentario tuyo en el que mostrabas una visión muy humanizada de Mateo. Pero Mateo ingresó en el mito a partir de algunos aspectos de su personalidad, más allá de su genialidad musical, y hoy es objeto de culto. Y no sé si no lo es más en Buenos Aires que en Montevideo...
Fernando Cabrera: Tal vez, tal vez... El otro día me hizo saber Lito Vitale que vamos a compartir una entrevista y quiere que hagamos juntos un tema de Mateo. Es conocido acá, muchos músicos lo han grabado... Pedro Aznar lo grabó, antiguamente creo que Sandrita (Mihanovich), Kevin (Johansen) toca siempre un tema de Mateo y Juana Molina también..Juana lo conoció siendo pequeña, su papá (Horacio Molina) era amigo de Eduardo. Y bueno, fijate que Mateo nació en el año 40. Era 15 o16 años mayor que yo cuando comencé a interesarme en la música, de adolescente, a meterme en la cosa. Él ya era considerado un músico grande, una leyenda en el Uruguay. Ya había grabado sus mejores cosas. Muchos años después es que yo lo conozco y hacemos esto juntos. Pero él siempre fue un músico muy especial, muy distinto, un ejemplo de muchas cosas... A veces me preguntan, cuál fue su legado, su herencia... En vez de hablar de él por lo estrictamente musical prefiero contestar: "Mirá, para mí es el coraje". Una actitud que es básica en un artista renovador es la valentía, el coraje, es hacer, ir por fuera, no estar en el estándar, tomar riesgos, eso para mí es la herencia, la imagen más linda que yo tengo de él y que en Uruguay prendió, y no fue el único ¿no? Porque también en el Uruguay hay una tradición de autores que no se quedan en el camino seguro, es normal eso...

Terra Magazine: Como el otro Eduardo...
Fernando Cabrera: ...Darnauchans, sí... Es común en Uruguay que, al ser un mercado tan chico, donde no hay grandes resultados económicos ni nada que se les parezca, es común que los artistas, los músicos, tomen por el camino de la investigación, del riesgo, de buscar una marca. Entonces Mateo fue un poco el paradigma de todo esto, fue muy lindo para mí trabajar con él. Es cierto que parte de su leyenda tiene que ver con ciertas dificultades de integración que él tenía. Pero a veces exageramos en eso, siempre me trasladan para ese lado la pregunta o cómo era él en su vida privada. Y no me gusta hacer hincapié en eso.. dificultades de integración mal o bien tenemos todos. Porque no es fácil integrarse a la sociedad y estar en armonía con los códigos, los prejuicios, con lo que la sociedad impone. En el caso de él capaz que fue un poco mas un poco menos. No me interesa. Lo que sí te digo es: tuvo una vida muy difícil, muy difícil. Eso no le impidió hacer todo lo que hizo. Vivió de una manera muy precaria y, sin embargo, dejó una obra increíble hasta el último día de su vida. Vivió sólo para eso.

Terra Magazine: Hace pocos días tuve la oportunidad de asistir a un show tuyo en Montevideo, en el Espacio Guambia. El recital me pareció impecable, pero quería saber si coincidís con esto. Muchas veces el artista vive de manera diferente que el público su espectáculo.
Fernando Cabrera: Me pone re feliz eso que me decís porque nosotros lo vivimos también de esa manera.

Terra Magazine: Lo que me llamó poderosamente la atención fue la profunda y respetuosa integración del público, hasta cuando aplaudían lo hacían con prudencia, para no quebrar el clima. Sobre el final -a la hora de los bises- explotaron. Tenés un público claramente incondicional ¿Cómo te integrás vos a eso, cómo lo sentís?
Fernando Cabrera: Para mí es muy difícil explicarlo, no me salen las palabras. Es tan fuerte, tan emotivo, se establece una cosa que va más allá de lo musical, se establece una liga muy fuerte, un ida y vuelta de emociones muy fuerte. Lo que busco es eso. Trabajo, lógicamente, con herramientas y con elementos que son musicales, que son sonidos, son palabras, son ritmos pero creo que todo eso es un escalón para llegar al otro plano, para lograr una combinación que ya tiene que ver con las emociones. Sé que en algún momento del espectáculo -en más de uno- la gente va a sentir algo que es indescriptible y que excede lo musical. Eso esta pasando desde hace unos años conmigo, con mis presentaciones. Excede por completo mi posibilidad de explicarlo. Yo siento también que entro en un viaje muy fuerte, una cosa realmente muy de trance. Tengo la suerte de haber desarrollado, ahora sí, en el plano más estrictamente musical con mis nuevos dos compañeros un entendimiento increíble. Vamos realmente juntos, estamos elaborando cosas muy lindas que tienen que ver con la dinámica, con la improvisación, con dar vuelta los arreglos. Todo parece que se sumara y da por resultado un enamoramiento muy fuerte con el público. Me pasa de unos años a esta parte así me presente en un teatro grande, en uno chico con el trío o yo solo con la guitarra.

Terra Magazine: En ese show estuve con gente que conocía poco de tu trabajo y se emocionó muy fuerte en muchos pasajes...
Fernando Cabrera: Me das una alegría, hermano... No siempre fue así. En los comienzos, y también en la etapa intermedia, era difícil. Esto que vos viste el otro día empezó hace poco, unos 4 o 5 años. O sea que, de algún modo, yo fui mejorando el producto, evolucionando... Capaz que si veías un recital mío hace unos años no era lo mismo nadie se hubiese emocionado. Capaz que todos hemos ido creciendo ¿no? O yo he ido encontrando mejor las canciones o cómo interpretarlas o la acumulación de experiencias, es algo sin explicación.

Terra Magazine: La versión, el arreglo que hiciste de "Por ejemplo", con ese hilo de voz casi murmurando la letra, me sorprendió...
Fernando Cabrera: Ya me animo más a esas cosas, eso no estaba ensayado, eso no es algo que lo hicimos la tarde anterior a ver cómo quedaba. Eso salió así porque yo estoy recibiendo una especie de cheque en ese momento del público que modifica algo en mí y me hace animar a dar ese paso. Y cantar de esa manera esa canción, que no la canté nunca así. Fue esa noche...pero es porque me animé, algo me dio la confianza.

Terra Magazine: ¿De tus discos hay alguno que particularmente te interese más?
Fernando Cabrera: He hecho unos cuantos, capaz que más de los que hubiera debido. Como pasa siempre de todos los discos me gustan algunas cosas y otras no. Aunque muy lejano en el tiempo pero muy representativo es "El viento en la cara", que es del año 84. Veo en él un punto de partida en el que casi está todo planteado, mal o bien, pero está todo planteado. Después veo cosas mejor logradas en "El tiempo está después", disco del 89, en el siguiente "Fines" y también en "Viveza", uno que es anterior a éste que estoy presentando. También "Ciudad de La Plata" que es del año 98 y es el más experimental, el más raro. Me gustan todos y, al mismo tiempo, a todos le encuentro defectos.

Terra Magazine:
Algo que llama la atención en "Bardo" -tu último disco- es que tiene 13 canciones en 23 minutos, temas de 2 minutos, casi un formato punk (risas). ¿Te aburre componer temas largos?
Fernando Cabrera: En este caso quise hacer temas cortos. Yo he hecho temas largos, tengo temas de 8 o 10 minutos, más experimentales, jugando con muchos cambios de estructura, inspirados en cosas de otros compositores, rompiendo el esquema de la canción. En este no. Quise hacer cancioncitas bien breves, radiales, sencillas. Hice mucho trabajo de poda. Si al componer se me ocurría una introducción, después se la sacaba. Si repetía un estribillo dejaba de hacerlo. No sé por qué. Una manía que me dio un año antes de grabarlo y así quedó.

Terra Magazine: Hay gente que te toma como referente. Incluso artistas de mucha trayectoria como Jorge Drexler. Además, debés ser uno de los músicos más versionados del Uruguay. ¿Te estás convirtiendo en un músico de culto?
Fernando Cabrera: También es reciente eso, una cosa y la otra. Acá también. Me entero de músicos argentinos jóvenes desconocidos que me mandan un mail y me dicen "quiero hacer esta canción, estoy grabando aquella canción". Y ya lo han hecho Liliana Herrero o Juan Carlos Baglietto, quien tiene una hermosa versión de" La casa de al lado". Está pasando mucho eso. También es una gran alegría en mi vida. No hay nada más lindo para un autor.

Terra Magazine: ¿Sabés que anda dando vueltas por Internet un compilado de versiones de tus canciones armado, seguramente, por un fan tuyo?
Fernando Cabrera: Me comentaron algo, no lo escuché todavía.

Terra Magazine: ¿Qué pensás de esa forma de distribución considerada ilegal pero que, yo creo, a los músicos independientes les permite una difusión que las compañías muchas veces no les dan?
Fernando Cabrera: Yo me entregué... Evidentemente estamos en una bisagra de modalidades de conductas respecto a eso y no sé que decirte. Hace poco me enteré de que me habían pirateado. Nunca me había pasado eso a mí. Jamás ibas a encontrar en una feria en Montevideo de las que venden discos copiados, uno mío. ¿Para qué? Yo no era un artista masivo, de mucha venta. Obviamente que la persona que hace discos piratas va a piratear a Luis Miguel, busca artistas más populares. Resulta que ahora sí empezaron a aparecer los míos. Hay un tipo que copió discos viejos que ya no están a la venta, les hizo una gráfica medio improvisada y los vende.

Terra Magazine: ¿Discos descatalogados como "Autoblues" y "Buzos Azules "?
Fernando Cabrera: Exacto, discos de los años 80 que ya no están más a la venta. Este tipo hizo eso y yo pensé: "¿Qué hago? ¿Voy, lo denuncio, hablo con él, sigo de largo?". Te juro que no sé que hacer. Porque también me da la impresión de que el futuro va a ser cada vez más así. Esto ya no tiene retorno. Los chiquilines jóvenes, los niños y los adolescentes, tienen tan incorporada la práctica de copiar un disco, de bajar de Internet... Ya ingresó en la conducta de la humanidad, y ¿como modificás vos eso? Pero no te creas que no me afecta. Dentro de mis limitados ingresos los derechos de autor son una parte muy importante.

Terra Magazine: ¿Hace mucho que vivís de la música?
Fernando Cabrera: Sí. Antes he tenido otros trabajos pero ahora, en los últimos años, sí. Imaginate que no es agradable saber que no vas a recibir más derechos de autor, que los discos ahora están todos pirateados. No es algo que me alegre, te das cuenta, pero al mismo tiempo es la realidad.

Terra Magazine: Volviendo a algunos personajes, digamos, "extraños" que dio el Uruguay, con El Príncipe ¿tuviste algún contacto, lo conociste?
Fernando Cabrera: Muy poco. Mirá es curioso porque lo conocí, tenía unos 12 o 13 años y alguien nos presentó. Éramos dos chiquilines, y como los dos tocábamos la guitarra, a alguien se le ocurrió que nos conociéramos. Ya tenía algunas dificultades, a él también siempre le tiró lo marginal. No congeniamos. Pero resultó que pasaron como 30 ó 40 años, y yo caigo en la cuenta de que ése que se hacía llamar El Príncipe era el que me habían presentado y con el que había tenido algunas charlas a los 13 años. Era él, Gustavo Pena, que ya había empezado a grabar sus disquitos y a hacer algunas presentaciones. Me di cuenta de esto después de su muerte. No tuvimos amistad... En sus últimos años grabó algo. Me resultó realmente interesante su trabajo... No se puede negar que tenía swing, empuje, ideas lindas, letrísticas y musicales, tocaba bien la guitarra. Era un tipo interesante. Tuvo una vida complicada y bueno... él tampoco se insertó...

Terra Magazine: ¿Y de los nuevos?
Fernando Cabrera: De los nuevos hay muchos... (Martín) Buscaglia me parece realmente un superdotado. Tiene un dominio de la escena increíble. Es tan bueno que dan ganas de matarlo (risas). Porque tiene tantos dones ese muchacho que es increíble. De chiquito participaba de los espectáculos de su padre. "Canciones para no dormir la siesta" que tenía mucho de animación justamente, de mantener a los niños entretenidos... Y mamó toda esa parte teatral de la madre, del padre también. Pero también mamó toda la experiencia musical de Mateo, de todo lo que fue el candombe beat, de Rada. Fue criado por todos ellos, por Urbano... Tiene mucha facilidad, mucho ritmo, cómo canta, cómo toca la guitarra... Cualquier cosa le sale bien. Al mismo tiempo es muy interesante porque se ha adecuado a un lenguaje muy moderno. Está mezclando un lenguaje más universal, la electrónica. Esto ya lo había iniciado Drexler antes, años antes. Lo de unir lo que pasa en el lugar al cual vos pertenecés con lo que pasa en el resto del mundo en ese momento ¿no? A mí modo de ver es lo que siempre hay que hacer. Y Martín continúa la línea esa de Jorge. Yo lo valoro muchísimo, muchísimo... Y después hay mucho más: Ana Prada, que es un fenómeno realmente difícil de creer. Ella hasta hace un año, un año y medio, nunca había compuesto una canción... sólo era la cantante que integraba el grupo vocal La Otra. Nunca había tenido la iniciativa, la curiosidad, el impulso de componer una música o una letra y no sé, en unos meses se mandó esas 12 o 15 canciones de su disco "Soy sola"que son todas excelentes... Samantha Navarro es otro fenómeno de facilidad, de capacidad. Ella viene de familia de músicos. El papá es músico. Tiene una gran cultura musical, muy dotada, muy personal. No, en Uruguay levantás las baldosas y salen músicos... Incluso muchos de mi generación que acá no se conocen, pero hay autores impresionantes: Mauricio Ubal, Rubén Olivera, Jorge Galemire, Eduardo Darnauchans, Jorge Lazaroff -que falleció ya hace unos años- son cosas que vos decís ¿y esto, de dónde sale esto? Tan originales...

Terra Magazine: Es difícil encontrar en la Argentina -proporcionalmente- tantos músicos tan personales...
Fernando Cabrera: Es cierto. Es que en la Argentina todo es -y ahí la explicación- más industrial. Porque es más grande, pesan más las discográficas, hay más plata en juego, hay más fama en juego... en Uruguay, te vas a morir de hambre toda la vida con la música, entonces eso te da más libertades, te arriesgás, no tenés nada que cuidar... yo no tengo ni estancias ni Mercedes Benz ni nada de esos lujos... No perdés nada, no ganás nada y terminás siendo más arriesgado, más creativo.

Terra Magazine: ¿Qué parte de esa movida rockera uruguaya te gusta?
Fernando Cabrera: Bueno es muy diversa, yo no sé. Te juro que no sé cuántas bandas puede haber. Es una cosa increíble. Todos tocan muy bien. El rock a mi modo de ver tiene el inconveniente de que es ya naturalmente clonador. El rock clona, no busques originalidad porque ellos precisamente lo que buscan es parecerse lo más posible a tal banda que es la que ellos siguen. Pasa con el rock de todos los países periféricos o que no son anglosajones. Me cuesta más encontrar en ellos ese valor del aporte, la inquietud, de la originalidad. Los veo muy preocupados en repetir el ritmo, la música, el instrumento, el equipo, la pose, la gestualidad, la ropa, de sus admirados.

Terra Magazine: De cualquier manera hay bandas como La Vela Puerca, La Abuela Coca o No Te Va Gustar que tienen una fusión muy fuerte...
Fernando Cabrera: Pero sí, es muy fuerte. Además tienen una enorme virtud que no hay que olvidarla y es que lograron encontrar un punto de comunicación increíble. Son realmente masivos. Es muy lindo ver un festival, algún recital de alguno de estos grupos que vos nombraste y mirar al público. Te vas a encontrar con gente de todas las edades. Desde chiquilines chiquitos, preadolescente, adolescentes, jóvenes, al papá que llevó a los nenes, a los abuelos. Una cosa totalmente increíble. Y también abarcan prácticamente a todas las clases sociales. Vas a encontrar nenes bien, conchetos, gente de menos recursos, clase media... Ojo, mirá que eso es un valor...

Terra Magazine: Tu comienzo fue bastante rockero, tenías un formato cercano al rock...
Fernando Cabrera: Sí, sí, tomaba elementos del rock, aún hoy lo hago... pero también me gusta aclarar, porque hoy se exagera con el término y se dice que todo es rock. No todo es rock. Me gusta tocar este tema porque yo eso lo veo también como un problema. Me parece una limitante, me parece una mentira que todo sea rock. Busco del rock pero al mismo tiempo estoy tomando de Brasil, de Anibal Troilo, de Vivaldi, de Frank Zappa, de los Beatles, del folclore, de la música de vanguardia, o sea, eso es lo que hago yo todos los días. Hoy cuando vos me decías si yo podía ser un referente: por lo único que me alegra si yo soy un referente para alguien es para que puedan ver que no estoy sumergido en un género, en un estilo y nada más. Me molesta esa frivolidad, de que si sos rockero odiás a los de la cumbia, y los tangueros odian a los del blues, no, no, es una limitante.... Se están perjudicando..... Cada vez que puedo, si me hacen una nota o si voy a un programa de radio, medio rockero, trato de sacar el tema como para que les llegue "muchacho, vos te estás limitando, no es que todo lo que no es rock no existe".

Terra Magazine: ¿Cómo va a ser tu show del sábado en La Trastienda?
Fernando Cabrera: Por suerte voy a poder venir por primera vez con los muchachos, con el trio, eso me da mucha alegría. Ojalá podamos armar lo que hicimos en Guambia el otro día. Que pase lo mismo, que la gente disfrute igual, que se emocione igual y vea a estos excelentes músicos. Voy a hacer un repertorio bien amplio que abarca lo que yo considero mis mejores canciones de siempre y por supuesto varias del nuevo disco. Vamos a incorporar a manera de saludo a la música argentina una versión muy libre de un tema de Fito Páez y van a estar de invitados Liliana Herrero, Maria Eva Albistur y Rubén Rada. Vamos a cantar algunas cosas juntos. Y como el mismo día está Baglietto en La Trastienda capaz que hacemos algo (risas). No quedamos todavía en si yo voy a cantar al espectáculo de él, o él va al mío, o ambas cosas, o ninguna... eso como se dé....pero es probable, sí, que nos crucemos... a mí me da una gran alegría Juan Carlos. Y aparte tiene una voz....si vos lo escuchás por la radio pensás que es un chiquilín de 19 años que está recién empezando y que canta divino...
Fuente original: Terra

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