domingo, 2 de enero de 2011

Cabrera: un acto de amor musical

Del folclore al rock, de la música llamada culta a la de Brasil, del tango al candombe, las fuentes musicales de Fernando Cabrera no podrían ser más amplias.



A la hora de rendir tributo a colegas de distintas generaciones, Cabrera demuestra una vez más, su condición de omnívoro musical.

Por: Elbio Rodríguez Barilari

Canciones Propias se intitula este CD de canciones ajenas, lo cual no deja de ser una paradoja muy cabreriana. Propias, porque se sienten como propias. Y porque con estas cuidadas versiones el músico las recrea, las subvierte sin traicionarlas y las hace más suyas.

A la humorística El Tero Tero, del gran Marcos Velásquez, le pone una cuota de urgencia en la voz, le agrega una guitarra eléctrica y, por momentos la subraya con unos acordes rockeros. Todo, sin perder el sonido de acordeón y piso de tierra.

Alfredo Zitarrosa compuso y cantó las más perforantes canciones de amor de manera discreta, como ocultando el sufrimiento tras la gomina, el traje y el humo del cigarrillo. Pero Cabrera no tiene esos frenos. La hace con piano y coros, con la voz estrangulada de un tipo al que lo están dejando, ultra románticamente.

"Morir en la capital", del lamentado Pablo Estramín describe las ventajas de la urbe para estudiar, para progresar, para ir al médico, hasta para morirte. Cantada con un rictus agridulce, como hace Cabrera, resulta aún más efectiva. Especialmente porque nada ha cambiado en todos estos años.

Dino es uno de los grandes autores pop de la música uruguaya. Vientos del Sur, a estas alturas, es casi tan emblemática como Milonga de Pelo Largo. Cabrera recurre a su propia veta pop, para entregar una versión que fluye naturalmente, con un 2 muy acentuado, casi como si fuera un toco, y solo de órgano incluido. Hasta que entra un épico coro a cargo de la carismática Laura Canoura.

El folclore con carácter festivo retorna con Otra cosa es con guitarra, de Anselmo Grau. Este es otro de los autores damnificados por la amnesia nacional, así que se celebra doblemente el tributo.

Caminitos de tierra colorada todo el mundo la conoce en la versión de Los Olima. Ese clásico, letra de Agustín Bisio y Alán Gómez es, en mi modesta opinión, porque quien es uno, uno de los surcos más brillantes de este notable disco. Al hacerla muy lentamente, casi como en un estado onírico, Cabrera tiene más tiempo para decirla, para sopesar las palabras como perlas, de este monumento de evocación y ternura.

Quienes hayan escuchado a Mateo haciendo Príncipe Azul en vivo, saben que la encaraba como una canción muy para niños. De la misma forma la enfoca Cabrera, aunque le agrega ciertos toques perturbadores, no necesariamente ajenos a la experiencia infantil, por cierto.

Rada hace Botija de mi país como un homenaje cálido y gozoso. La letra tiene implicancias bastante más dramáticas. En ellas se enfoca Cabrera para cantarla con dolor y bronca. Y le agrega una estrofa de Te Parece, que denuncia el arrasamiento de la cultura negra por parte de la sociedad blanca.

Debo confesar que Arma de doble filo es mi canción favorita entre las de Dino. Acá viene en un estilo murga reggae que no va a defraudar a ningún adicto del Cabrera eléctrico.

Compuesta por Darnauchans y Bismark Vega, Balada para una mujer flaca es probablemente la canción pop amorosa mejor lograda de este lado del Plata. Cabrera la hace de un modo que recuerda la banda eléctrica del Darno en sus momentos más brillantes del Solís y del Notariado. Imperdible.

Quizás la versión más distante de la voluntad de su autor sea Milonga de andar lejos, de Daniel Viglietti. Porque Cabrera la electrifica, le crea un espacio sonoro alrededor, profundo, evocativo, la interviene con un pulso ajeno, dialoga con la canción y la convierte en algo nuevo.

Imposible comentar todas las canciones en este espacio, pero no hay que despedirse sin destacar la versión de Gurí Pescador. Ese clásico de Osiris Rodríguez Castillos recibe un tratamiento casi electroacústico, donde todo un paisaje sonoro y denso ambienta este recuerdo infantil.

Canciones de Aníbal Sampayo, Ruben Lena e Ignacio Suárez con Yamandú Palacios completan el panorama de los homenajeados en este disco, todo un acto de amor musical.

barilarius@yahoo.com

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